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En cada detalle de oro, vino y plata, celebramos el lujo de vivir, amar y crecer juntos
Por Liz Urquijo
Hago un brindis por el lujo.
Por el lujo de reconocer nuestra esencia y nuestro valor. Por la capacidad de apreciar lo que tenemos y encontrar belleza en nosotros.
Brindo por el amor propio, brindo por ese lujo.
El ORO, radiante y resplandeciente, simboliza la abundancia, el éxito y la felicidad. Su brillo eterno acompaña las cualidades que se asocian con los años: la sabiduría, la fidelidad, la amistad, la honradez y la confianza.
Brindo por esos años de aprendizaje constante, de nuevos conocimientos que amplían nuestras mentes y nos inspiran a crecer como individuos.
El VINO, profundo y apasionado, representa la pasión, la energía, la fortaleza y el amor. En cada sorbo, celebro el amor y deseo que el dar y compartir siempre nazcan desde el corazón.
Celebró el lujo de una vida llena de momentos intensos y relaciones que enriquezcan nuestra existencia.
Celebró la felicidad de mostrar al mundo mi esencia.
El PLATA, elegante y distinguido, es el color de la pompa, el lujo y la solemnidad, siempre presente, aunque humilde, por detrás del oro. Brindo por el lujo de contar con la amistad de ustedes.
Celebró el lujo de la humildad que nos impulsa a reconocer nuestras debilidades
para crecer como seres humanos.
Por esos momentos brindo y celebró.
Por ese motivo mis deseos para este nuevo año son que esté lleno de lujos, entendidos como el privilegio de amar y estar vivos.
Que cada día nos haga valorar la maravilla de existir. ¡Salud por ustedes! Que la alegría y la gratitud nos acompañen siempre en esta linda comunidad MIA.
