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MÍA, una plataforma de labor social: la experiencia de Claudia Lozano
Por Jubia Ugarte
En un mundo cada vez más interconectado, la labor social trasciende las barreras geográficas y lingüísticas. Claudia Lozano, una futura periodista con pasión por la escritura, ha decidido integrarse en el proyecto MIA, una organización que ha capturado su admiración desde hace mucho tiempo.
Inspirada por el ejemplo emprendedor de su madre, Claudia se sumerge en el universo de MIA con determinación y entusiasmo. Desde sus inicios, su objetivo ha sido claro: ser un puente entre personas, ofreciendo orientación, inspiración y un espacio donde las voces de todos puedan ser escuchadas.
A pesar del desafío de escribir en español, no siendo su lengua materna, Claudia ha perseverado con determinación y la ayuda de sus colegas. Como ella misma señala, “Crecí hablando español, pero no es mi lengua materna. Con la ayuda de mis compañeras, he mejorado mis textos y los escribo con más emoción.”
Su primera incursión en la escritura en español fue un momento emocionante y desafiante. “Pensé en escribirlo en inglés y luego traducirlo al español, pero habría sido el doble de trabajo”, revela Claudia. “Al leer otros artículos similares, pude expandir mi vocabulario y finalmente lograrlo.”
La labor de Claudia no se limita a informar a la comunidad MIA, también busca conectar a personas de diferentes rincones de Latinoamérica, creando puentes culturales, promoviendo la diversidad de perspectivas y generando conexiones humanas , siendo su mayor recompensa en la labor social. “Conocer personas de diferentes regiones me ha proporcionado una perspectiva enriquecedora, ampliando mis horizontes y desafiando mis propias creencias”, señala.
El apoyo de sus colegas en MIA ha sido un pilar fundamental en su viaje. Juntos, han compartido experiencias, corregido errores y celebrado logros, demostrando el verdadero valor de la colaboración y el trabajo en equipo.
A pesar de los desafíos y las limitaciones de tiempo, Claudia ha sabido encontrar un equilibrio entre su labor social en MIA y sus compromisos personales y profesionales. Con una organización impecable y un espíritu incansable, logra gestionar sus responsabilidades desde cualquier lugar, incluso a través de su teléfono celular.
La labor social de Claudia en MIA es un ejemplo de determinación y solidaridad. Su compromiso con la diversidad cultural y su habilidad para superar obstáculos lingüísticos resaltan como inspiración. Claudia demuestra que siempre hay oportunidades para marcar una diferencia y que la colaboración trasciende las fronteras. Su capacidad para equilibrar responsabilidades personales y laborales nos motiva a todos a construir un mundo más inclusivo y compasivo.
