Getting your Trinity Audio player ready...
|
En el apacible rincón de Camoapa, Bosco donde la tierra cuenta historias de luchas y sueños, nació Juan Gabriel Sevilla, hijo de padres campesinos y de esencia humilde que le dieron la bienvenida al mundo con amor y sacrificio cuya crianza en un entorno donde las aulas eran un lujo distante, Juan Gabriel acogió las lecciones más valiosas que la vida y la tierra pueden ofrecer; ese lugar especial, cada rincón, cada surco, guarda las raíces de un hombre que ha demostrado que la grandeza puede brotar de los lugares más modestos.
A los 17 años, con una mochila llena de sueños, dejó atrás los campos verdes para sumergirse en la bulliciosa ciudad. Ahí, entre aulas y nuevos horizontes, comenzó a escribir su historia. Los estudios de secundaria y el teatro social en Matagalpa, convirtiéndose en los primeros capítulos de su caminar.
Con la certeza de que el conocimiento podría ser su brújula, Juan Gabriel se graduó en sociología, pero su ganas de aprender lo llevaron a la cultura vibrante y diversa de Brasil, donde, entre colores tropicales y ritmos latinos, se especializó en política latinoamericana y regresó a la Nicaragua con la maleta llena de ideas frescas y el corazón listo para nuevos comienzos.
El siguiente paso de su historia fue la creación de ADINJA, una organización que, como un faro en la oscuridad, iluminó proyectos comunitarios, cambió políticas y alentó la participación ciudadana, en la cual Juan Gabriel no solo ejercía un líder en papel sino que también encantaba a la audiencia como actor y director de teatro. El escenario era su lienzo y las historias, su voz.
En el 2015, cuando todos esperaban la continuación de su éxito teatral y social, Juan Gabriel les sorprendió anunciando su retiro de los escenarios y de la política para sumergirse en una nueva pasión: la fabricación de botas vaqueras. Desde una modesta escuela de zapatería, nació Alfa INTERNATIONAL Boots, una marca que resuena en toda Nicaragua.
Sus botas no solo eran calzado; eran piezas de identidad, llevando consigo la esencia de la belleza de las mujeres nicaragüenses y la riqueza ganadera con la que cuenta el país. Juan Gabriel no olvidó sus orígenes sino que lo han acompañado siempre, pues a los 8 años, cuando le diagnosticaron problemas neurológicos, participa activamente en organizaciones religiosas y comunitarias, convirtiendo cada desafío en un peldaño más en su escalera hacia el éxito.
Su historia, lejos de ser un cuento perfecto, es un relato auténtico de resiliencia y determinación. Juan Gabriel Sevilla, desde sus raíces humildes, ha caminado con paso firme hacia el triunfo, dejando una huella inspiradora en el tejido mismo de Nicaragua. Su ejemplo nos recuerda que, en cada uno de nosotros, yace la capacidad de convertir sueños en realidades.
Escrito por : Jubia Ugarte